El aprendizaje por descubrimiento es una metodología que se basa en que los estudiantes construyan su propio conocimiento a partir de la exploración, la observación, la experimentación y la reflexión. Es decir, los estudiantes no reciben la información de forma pasiva, sino que la descubren por sí mismos mediante la resolución de problemas, el análisis de casos, la realización de proyectos o la investigación.
El aprendizaje por descubrimiento tiene muchas ventajas para el desarrollo cognitivo y emocional de los estudiantes. Algunas de ellas son:
- Fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la autonomía.
- Despierta la curiosidad, el interés y la motivación por aprender.
- Desarrolla habilidades como la búsqueda, el procesamiento y la comunicación de la información.
- Promueve la colaboración, el diálogo y el respeto entre los compañeros.
- Facilita la comprensión profunda y significativa de los contenidos.
- Permite adaptar el aprendizaje al ritmo y al estilo de cada estudiante.
El aprendizaje por descubrimiento requiere un cambio de rol tanto del profesor como del alumno. El profesor deja de ser el transmisor del conocimiento y se convierte en un guía, un facilitador y un mediador que orienta, apoya y retroalimenta el proceso de aprendizaje. El alumno deja de ser un receptor pasivo y se convierte en un agente activo que asume la responsabilidad de su propio aprendizaje.
El trabajo utilizando dicha estrategia propicia en el alumno un papel activo donde él mismo conforma su esquema cognitivo, a partir del resultado de investigar fenómenos, conceptos, y/o situaciones determinadas.
El aprendizaje por descubrimiento es una forma de aprender que se adapta a las necesidades y demandas del siglo XXI. Es una forma de aprender que prepara a los estudiantes para afrontar los retos y las oportunidades que les ofrece el mundo actual.
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